
Aunque cocer un huevo es algo muy sencillo, ¿cuántas veces nos hemos encontrado con que la cáscara de estos se ha roto mientras los hervíamos? Siguiendo unos sencillos trucos podemos cocer los huevos sin que se rompan.
Los huevos deben de estar a temperatura ambiente, es aconsejable sacarlos de la nevera un poco antes de cocerlos y hacerlo en abundante agua, para que queden bien cubiertos, a fuego no muy fuerte. También ayuda no introducirlos de manera brusca, así que podemos utilizar, por ejemplo, una cuchara para hacerlo suavemente.
Si añadimos un poco de vinagre en el agua antes de que este hierva, conseguiremos que reaccione el carbonato de calcio de la cáscara con el ácido acético del vinagre. De esta manera conseguimos que dicha cáscara se vuelva más elástica.
Otra opción es añadirle sal al agua, lo que no evitará que se agriete, pero si hará que si esto pasa se solidifique rápidamente y se selle la grieta. Así evitaremos que se salga la clara.
Como saber si un huevo está bien o mal cocido
A menudo nos surge la duda de si hemos cocido bien el huevo o no. Si nos despistamos a la hora de controlar el tiempo puede que nos encontremos que no esté suficientemente duro. Para ello podemos realizar una prueba muy fácil que nos va a indicar si el huevo está listo.
Simplemente tenemos que hacerlo girar sobre sí mismo. Si el huevo da varios giros como si fuera una peonza, significará que está bien cocido. Si por el contrario está crudo, este dejará de girar rápidamente.
Cómo saber si son frescos
Ya hemos explicado cómo podemos cocer los huevos sin que se rompan y cómo podemos saber si estos están bien cocidos. Además de esto, también podemos saber si un huevo es fresco. Si queremos comprobar la frescura de un huevo sin tener que romperlo, solo tenemos que sumergirlo en un vaso de agua. Si cuando lo metamos en el agua el huevo se mantiene en el fondo significa que es fresco. Por el contrario si sube, cuanto más se acerque a la superficie del vaso menos fresco será.
El motivo de que pase esto es debido a que la cascara de huevo al ser porosa hace que a medida que pasen los días el huevo va soltando agua y dejando que entre más aire en su interior. Cuanto más aire tenga el huevo en su interior más flotará.
Otra manera que tenemos de comprobar su frescura es agitando el huevo cerca del oído. Si no percibimos ningún ruido es porque el huevo está fresco. Con el paso de los días la clara se vuelve más liquida y la yema baja. Por ello, cuando casquemos un huevo poco fresco este se esparcirá fácilmente por el plato.