
La gastronomía española está llena de postres deliciosos elaborados con ingredientes sencillos, de los que disfrutamos los que somos un poco golosos. La leche frita es uno de estos dulces tradicionales que, aunque se prepara durante todo el año, en algunas zonas es típico de la época de Carnaval o de Semana Santa.
Para quien no está familiarizado con este dulce, el nombre de ‘leche frita’ le resulta peculiar por la singularidad de freír un líquido. Aunque efectivamente estamos friendo leche, esta tiene un tratamiento previo que le da la consistencia necesaria para poder hacerlo. Realmente, esto no es nada nuevo, ya que también lo encontramos en otras recetas tradicionales, por ejemplo, para la elaboración de croquetas.
Además del proceso con el que la espesamos, para que resulte un postre delicioso, también tenemos que aromatizar la leche y enriquecerla. Después se rebozan con harina y huevo y se fríen. Todo ello sin complicaciones, pero sabiendo que a pesar de ser una receta sencilla y con ingredientes básicos, requiere de un poco de tiempo y trabajo.
El secreto de una excelente leche frita es conseguir un sabor dulce pero no empalagoso y una textura cremosa. Respetar los tiempos y las proporciones de los ingredientes es clave para conseguir la consistencia adecuada que nos permita poder freírla y que luego quede jugosa por dentro.
Si te gustan los postres sencillos y tradicionales, anímate a preparar unas deliciosas natillas casera o un arroz con leche. También puedes probar a hacer unas clásicas torrijas de leche.
Ingredientes
COMO PREPARAR LECHE FRITA CON LA RECETA TRADICIONAL
- Lo primero que haremos será apartar un vaso de leche y pelar el limón. Hay que intentar que la cascara de limón no tenga mucha parte blanca para que no amargue.
- En un cazo ponemos a calentar el resto de la leche a fuego medio. Añadimos la rama de canela, la cascara de limón y el azúcar. Hay a quien le gusta añadir también una ramita de vainilla abierta a la mitad. En mi caso prefiero la receta tradicional sin vainilla.
- Calentamos la leche hasta que empiece a hervir, luego apagamos el fuego y lo tapamos. Dejamos infusionar media hora para que coja todos los sabores.
- Transcurrido el tiempo colamos la leche para retirar los restos de canela y limón.
- Incorporamos la maicena en el vaso de leche que teníamos apartado y mezclamos bien para que no queden grumos.
- Añadimos la mezcla con maicena al resto de la leche y luego volvemos a ponerla en el fuego hasta que espese, sin dejar de remover.
- Cuando haya adquirido una textura cremosa la pasamos a un recipiente cuadrado y la tapamos con un film de cocina para que se enfríe sin formar costra. La mantendremos un rato a temperatura ambiente y luego la meteremos en la nevera durante toda la noche.
- Una vez que haya reposado, cortamos las porciones del tamaño que queramos con la ayuda de un cuchillo y las pasamos a un plato.
- Pasamos las piezas primero por harina y después por huevo batido y las vamos friendo en abundante aceite. Una vez doradas las sacamos de la sartén y colocamos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
- En un plato ponemos un poco de azúcar y canela en polvo, según nuestro gusto, y rebozamos los trozos de leche frita cuando todavía esté templada.
- Colocamos en un plato o bandeja para servir.
¡Listo! Ya tenemos nuestra deliciosa leche frita.